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Estoy sentado enseguida de una ventana, viendo como un par de palomas, una blanca y una negra, se limpian las plumas y platican. Véo una simbología inmensa en esa imagen: lo blanco y lo negro, el amor, la juventud, las ansias de volar. Y mas porque oigo a Vangelis, mas inspirado me pongo, si es que se puede mas. Saben, últimamente me he estado fijando en muchas señales, serependity, como dirían unos. Desde el sábado pasado que me perfore la oreja, porque al hacerlo fui victima o más bien, le hice caso a mi voz. Mi día empezó normal, me levante, me bañe, me puse la camisa de la candidata a reina Angélica, y fui a caminar al centro a buscar libros. Anduve un buen rato, camine y camine, entre a muchas librerías, con solo 85 pesos me compre cuatro libros. En fin fue una día muy productivo. Ya medio caída la tarde, seguía en el centro y empecé a entrar a los tattoo shops, a ver si veia un arete que he andado buscando, unos así como una arracada o como un anillo grueso. Bueno, el caso es que entre a una y me atendió una chica, me enseño unos aretes, asi como argollitas pequeñas con un bolita. Me llamó la atención pero no para comprarlo. Luego, ya me iba de ahí cuando la chica me pregunto que si porque traía esa camisa, y me quede mmmm y le dije: no, es que es de la candidata a reina de mi escuela que por cierto no gano. Luego le pregunte ¿Porqué la pregunta? Y me dijo, Yo me llamo Angie. Me salí y seguí caminando. Camine cinco minutos, pensando en las probabilidades de que eso me hall sucedido, en que me halla llamado la atención el arete, en que me halla puesto esa camisa que por cierto la agarre así nada más, en que ella se halla llamado así, en que halla traído dinero para hacérmelo. Supe que no era coincidencia, era algo mas. Me regrese y me perfore la oreja, poniéndome la argolla que pueden observar en la imagen. Ahora, les digo a ustedes mis compañeros, mis lectores, mis amigos ¡déjense llevar por ella, por la gran musa que nos mueve a todos, por la voz interior que nos dice que hacer, por El que nos manda señales a diario, por los ángeles que nos guían en nuestro camino! ¡Dejémonos llevar por ellos, porque es la Sabiduría misma la que nos mueve! Les pido eso, y nada mas.
Carpe Diem